martes, 2 de noviembre de 2010

Odio


Odio el olor de tu piel, ese calor que desprende y me altera. Esas ganas que me dan de deslizar mi mano una y otras vez por la suavidad que me otorga, que me hace querer seguir tocando hasta fundirme contigo.
Te odio por el daño que me regalas, por las risas y las bromas sin fin, los abrazos y las miradas inagotables cargadas de puro sentimiento.
Odio la necesidad te tenerte en mis brazos, el deseo insaciable que me recorre cada vena inundando mi sangre de extasis.
Tu, en la cama, en la penumbra de la habitacion, la piel clara a contra luz, esa mirada caramelo o verdosa brillando en las sombras.
Tu regalando placer y jugando a negarlo....
Te odio y sabes que es profundo y sin medida.
Por eso es tan preocupante este sentimiento porque me ha marcado a fuego, alojado en mis entrañas, escondiendose en lo mas profundo de mis sentimientos.
Y no puedo negarlo, ni borrarlo, ni hacerlo desaparecer. No me importa consumirme en mis emociones, no me importan fundirme en ellas.
Y no puedo negarlo.... y no quiero negarlo.