domingo, 27 de junio de 2010

Atrapame...


Siempre le habia gustado, siempre en secreto, siempre sintiendose pequeño ante aquella belleza que lo dejaba sin habla.
Apenas unas palabras cruzadas y las ocasionales veces que la veia por aquellas tierras.
En ocasiones el amor te toca de la forma mas curiosa.
Aunque fueran luchadores en aquellos lugares, exploradores, cazadores, guerreros... tambien quedaba espacio para los sentimientos.
Un dia en una taberna, rodeado de hombres sudorosos que bebian la cerveza del descanso, formulo su deseo de ver a aquella pequeña diosa que lo traia loco, ya fuese por el alcohol o el cansancio acabo desvelando ese secreto que tan bien guardado tenia hasta entonces.
Recordo aquella ocasion en que la encontro en un lago refrescandose, la melena morada le caia por la espalda con gracia, sus ojos eran de un profundo caramelo, se movia con andares sigilosos, le parecio el ser mas hermoso de cuantos habia visto.
Ella le miro con su mirada profunda y el corazon de el se disparo ante semejante fuerza.
El joven bebio agua y la saudo. Cuando consiguio sacar el valor le pregunto su nombre. La joven le miro con una sonrisa en los labios, se incorporo dejando a la vista un cuerpo insinuante y movio la cabeza con gracia apartandose el cabello del rostro.
-Me llamo Emaleth- dijo con una voz suave.
Y dejandole ligeramente perturbado, se marcho.
Los compañeros de la taberna echaron a reir y le dijeron que esa era una presa dificil de conseguir. El se sintio ofendido y quiso saber donde podria encontrarla. Uno de ellos le comento donde se solia mover la joven y mirandole seriamente le aviso de lo complicado que seria alcanzarla. Despues sonrio como si supiera algo que el joven no y se marcho tan normal, no como el resto de borrachos que no dejaban de reir.
Tardo cerca de dos meses en dar con ella y cuando la encontro en los paramos de un bosque, vio que segui tan bella como siempre.
La joven salto del arbol en el que estaba subida y le miro curiosa.
-Hola Tristan- dijo acercandose suavemente.
Se puso nervioso, pero no tenia dudas arriesgaria lo que hiciese falta por no perder esa oportunidad.
-¿Como sabes mi nombre?- pregunto inquieto.
Ella se paseo alrededor de el, su top ceñido al busto, el pantalon de cuero con rajas echas a proposito se apretaba a sus curvas desafiante, las botas fuertes prometian seguridad ante aquellos caminos.
Llevaba un brazalete adornando su brazo y un tatuaje en la parte baja de la espalda, un signo mistico.
El pelo quizas mas largo que la ultima vez, moviendose alegremente por su espalda y desprendiendo un aroma que le excitaba, toda ella le gustaba y sintio una necesidad de ser posesivo y alcanzar ese trofeo.
-Me has encontrado porque yo he querido, un viejo amigo me conto tus ganas de encontrarme y decidi darte la oportunidad- se acerco aun mas a el- y dime que deseas?
Tristan comprendio que ella jugaba y le dio rabia.
-Ya lo sabes Emaleth, te deseo a ti, desde ese maldito momento en que te vi por primera vez.
-Umm si... recuerdo la primera vez. Peleabas contra aquellas bestias y nos encontramos de casualidad en aquella tierra desolada.
-Si, recuerdo que pense que hacia una chica alli.
-Lo mismo que tu- respondio ella agresiva.
-Lo se y admiro tu valentia.
La joven se echo a reir.
-Hombres... os creeis los amos del lugar.
Se alejo de el y salto hacia una piedra alta. Se giro y le miro juguetona.
-Veamos de lo que eres capaz, si soy lo que deseas... atrapalo.- le dijo echando a correr.
Tristan corria por aquel bosque, sorteando piedras y obstaculos con la velocidad y la fuerza que su cuerpo en forma le permitia. Poseia rapidez, era bueno por aquellos bosques, sabia como pisar y como perseguir una presa.
Ella tenia la agilidad, no era tan rapida pero no lo ponia nada facil, estuvo a punto de alcanzarla en infinidad de ocasiones, pero en esos instantes ella saltaba a un arbol o le esquivaba con la gracia de un felino.
El oia su risa, tremendamente seductora y ante aquel juego no pudo evitar sonreir.
Llegaron a un acantilado y ella se paro en el borde. El sonrio triunfador.
-No ha estado nada mal.- dijo ella sonriendo.
-Desde luego que no.- contresto acercandose para tocarla.
La mujer echo un paso hacia atras, su pelo se movio por el viento regalandole el ultimo aroma.
-Iluso- dijo mirandole insinuante.
Tardo un segundo en comprender que iba a saltar, se lanzo a cogerla pero ya era tarde ella caia por aquel acantilado. Penso en saltar pero moriria ante semejante caida y no la podria salvar a ella.
De pronto la joven se convirtio en un hermoso alcon y volo hacia el otro lado quedandose en las montañas de enfrente con un rio salvaje en medio.
Se acerco hacia la tierra y volvio a ser la joven que era.
Entonces el comprendio lo dificil que era de atrapar y lo loco que era capaz de volverle.
Grito con todas sus fuerzas que conseguiria atraparla, sonrio y supo que volveria a encontrarse.
Quizas entonces el destino le regalase mas suerte.
Emaleth le miraba desde el otro lado, esbozo una sonrisa y penso que no estaria nada mal que aquel joven la atrapase algun dia.

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