Un cigarro mas...

Contemplo a la que llevaba siendo su amiga tantos años, aunque llevaban tiempo sin verse, considero que no habia pasado el suficiente tiempo como para ver aquel cambio.

Estaba mas delgada, el pelo largo y castaño caia con gracia sobre su espalda, los ojos no tenian aquel brillo especial y bajo su mirada asomaban unas pequeñas marcas violaceas. Nana como solian llamarla sus amigas y aquellos que la conocian el suficientemente tiempo como para saber que hubo un dia que no llevo tatuaje ni piercings, no parecia la misma persona.

-Dime que estas pensando- le dijo pillandola desprevenida. Su voz firme y segura habia perdido ese tono agradable.
-He de decir que te noto muy cambiada...- murmuro Tara. Y no es que quisiera ofender, pero a su amiga le faltaba algo, era como si hubiese recibido un gran golpe y estuviese vacia.

Nana fumaba un cigarrillo que sujetaba despreocupadamente sobre su pequeña mano. Siempre habia sido esa clase de persona que se mueve por el camino diferente al que muchos recorren, adorno su omoplato con el tatuaje de una rosa y espinas cuando tenia 16 años, se perforo las orejas y mas adelante de puso un pekeño pendiente en su nariz, era contestona y soñaba despierta, pero nunca hasta entonces habia fumado. Tara penso que aquello tan tonto no era muy buena señal.

Las dos se habian distanciado años atras cuando Tara se cambio de ciudad para irse a vivir con su novio, mas adelante tambien su amiga se cambio de ciudad, pero unos meses mas o menos volvian a encontrarse en su ciudad natal.

Tara siempre habia sido la clase de persona que buscaba el amor, que queria una estabilidad y le pedia a la vida pequeños placeres. Cuando en su vida aparecio Adri no dudo en darlo todo por el, pues le hizo sentir una personita muy especial, aunque de eso ya hacia tiempo, ahora todo era mas tranquilo entre ellos, incluso a veces aburrido pensaba la morena.

-¿Porque fumas?- se atrevio a preguntar mirando aquellos ojos marrones que conocia tan bien.
-La vida es como un cigarrillo, se consume rapidamente y a veces no te das ni cuenta, pero si todavia conservas un poco de ilusion... quieres mas- dijo con una sonrisa triste.
-Eso quiere decir que tienes ilusion, ¿verdad?- le dijo extrañada por la frase tan enigmatica.
-Eso quiere decir que estoy harta de todo y el tabaco me ayuda a aliviar la amargura, me mantiene entretenida, el humo me atormenta y supongo que muy en el fondo intento conservar o encontrar la ilusion perdida, pero mientras tanto...-dijo apagando el cigarro y sacando otro de la pitillera- siempre me queda fumarme otro.

Tara puso una mueca, sin entender la mitad, Adrian fue fumador pero ella no creia que el pensara que servia para aliviar las penas, sino mas bien para gastar dinero y hacer mas vida social.

Por un momento Nana miro fijamente a Tara, sus miradas se perdieron entre recuerdos vividos juntas, la chica miraba con intensidad a su amiga, observando cada rasgo, su pelo oscuro cortado por los hombros y siempre bien peinado, sus ojos verdosos, su rostro ovalado, su cuerpo vestido con prendas sencillas. Penso que seguia siendo la muchacha de antes y a la vez parecia una señora mayor.

-¿Eres feliz?- pregunto Nana acercandose hacia Tara mientras que la miraba seriamente.

La morena habria esperado mil preguntas y quizas explicaciones y una historia por oir, pero no esa pregunta, podia decir facilmente que era muy feliz, pero haciendo eso mentiria a una persona muy importante en su vida y tambien a ella misma.
Suspiro con cansancio y comprendio que las dos estaban pasando por grandes dificultades.

-No lo tengo muy claro-susurro intentando dejar una pizca de esperanza.

Nana sonrio con la misma sonrisa que tenia a los 13, 18, 22 y ahora a sus 26 años, los mismos que ella. Esa sonrisa provocativa y a veces intimidante.

-Yo diria que si que lo sabes- concluyo con seguridad, mirando a su amiga de la infancia. Sabiendo que se conocian demasiado y a veces conocer tanto a una persona en estupendo, otras veces un fastidio pues no hay espacio para aparentar que algo esta bien cuando no lo esta.